Cada día, al levantarte, cierra por cinco minutos tus ojos y piensa que una campana de cristal te envuelve y te protege, siente que ningún mal puede atravesar tu campana, ella es tu refugio y tu abrigo. Siéntete protegido por ella. Comienza tu día con confianza y seguridad en que ningún mal te alcanzará ya que sus paredes son invencibles.
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